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Empezamos desde la avenida principal de Lloseta para dirigirnos por el camí de Son Ramón hacia Aiamans donde vamos a buscar el cruce del Pou nou hacia el cementerio girando en ascenso por el segundo camino a la derecha. Este camino rodea el pueblo y acaba en la zona deportiva donde giramos a la izquierda para tomar un camino vecinal que nos deja justo en la entrada de Biniamar donde recorremos unos metros de la calle principal para girar hacia el cementerio, rodeándolo por la derecha y tomando enseguida un sendero muy marcado que atravesando el bosque enlaza con el camino que sube al Penyal Gros. Nos tocará descender un par de curvas hasta enlazar con el camí Llarg junto al torrente. Lo más directo y fácil es circular por la amplia pista pero alguno habrá que seguirá el cauce del torrente o el sendero que va por el otro lado junto o por encima de la canaleta.
Pasamos por el área recreativa y seguimos por la pista hasta salir a campo abierto y enlazar con el camí de Biniatzent junto a unas casas. Frente a éstas hay un desvío de la pista que empieza a subir decididamente hacia el bosque donde encontramos una barrera con un cartel que nos invita a no pasar, estamos en los terrenos de Biniatzent de Dalt. Este camino enlaza con otra pista que viene del valle y que continuamos un cierto tramo hasta casi desaparecer a continuación antes de confluir en una barrera que nos da acceso al camí de sa Font Garrover, también cerrada y aunque el camino antiguamente se dirigía un poco más arriba es mejor no seguirlo porque tiene aún peor salida a la carretera, la cual debemos seguir unos cientos de metros hasta encontrar la barrera de la Font Garrover que no debemos traspasar sino una más pequeña que está a su lado. Desde este punto continúa el camino hacia Biniarroi pero con un aspecto muy diferente en la actualidad, casi totalmente tapado por la vegetación y que dificulta bastante la circulación sobre todo en el sentido que lo estamos haciendo, tirando siempre un poco hacia arriba. Llegamos al llogaret de Biniarroi, que bien se merece un descanso, con una de las mejores vistas de Mallorca, y continuando nuestro ascenso hasta el coll des Murtar donde el camino se ramifica en varios ramales que se dirigen a las diversas propiedades de la zona, el que a nosotros nos interesa es el que sigue subiendo hasta la Rota nova seguramente con la barrera cerrada y alguna que otra dificultad de paso.
Debemos tomar la pista de la izquierda en descenso dejando las casas a la derecha topándonos con otra barrera con un letrero que invita al optimismo pero que también está cerrada. Tras sobrepasarla nos espera un largo tramo de pista en descenso que va a morir en un descampado junto a una pared seca. Ésta tiene un portillo franqueado por una barrera con candado sorteable, muy cerca de la pista dels Rafals justo al otro lado con alguna que otra dificultad para poder acceder. Debemos situarnos. Nos encontramos justo en el punto final del Camí des Pinatons, marcado con un punto rojo sobre una roca. No hay hito. Mientras la pista sigue su camino hacia arriba y hacia abajo. Iniciamos el descenso justo hasta donde esta empieza a subir tomando un desvío señalizado por un hito. La pista acabará unos minutos más adelante transformándose en un camino empedrado elaborado que va bajando hasta desembocar en el lecho del torrente, donde encontramos otra pista que va vadeándolo cada pocos metros y que nos conducirá directos hasta las casas de Can Bajoca, que es justo donde queremos ir.
Cruzamos la pista que se dirige a Mancor por delante de las casas y tomamos otra que inicia rápidamente el ascenso dejando de lado la que pasa por debajo de la canaleta. Encontraremos a mitad de camino un cruce con otra pista que también sube del valle y a partir de este punto comenzará la parte más dura del recorrido hasta llegar a la barrera de Ses Rotes. Debemos tomar la pista superior a mano izquierda con el fin de no pasar por delante de las casas. Tiene algo de ascenso pero enseguida comenzaremos a bajar hacia la pared de linde donde tenemos al otro lado un sendero que zigzaguea por el bosque hasta llegar a los bancales de Ets Horts. Aquí tenemos ya una pista cementada que no abandonaremos hasta la carretera de Lluc, cerca de Caimari.
La vuelta la realizamos por carretera hasta las inmediaciones de Son Maga para girar hacia Selva y hacia Mancor a los pocos metros para cruzar el pueblo hasta la Font de la Vila y tomar desde allí el camí de Biniamar y afrontar decididos la cuesta de Son Rosse(ll)ó y cruzar la mina de Son Odre para volver a aparecer en Biniamar. Esta vez desde la iglesia a medio construir tomamos una variante, un interesante camino de tierra que nos deja en la carretera de Selva a pocos minutos de Lloseta, sobre la misma avenida de la que hemos salido unas horas antes.
Pasamos por el área recreativa y seguimos por la pista hasta salir a campo abierto y enlazar con el camí de Biniatzent junto a unas casas. Frente a éstas hay un desvío de la pista que empieza a subir decididamente hacia el bosque donde encontramos una barrera con un cartel que nos invita a no pasar, estamos en los terrenos de Biniatzent de Dalt. Este camino enlaza con otra pista que viene del valle y que continuamos un cierto tramo hasta casi desaparecer a continuación antes de confluir en una barrera que nos da acceso al camí de sa Font Garrover, también cerrada y aunque el camino antiguamente se dirigía un poco más arriba es mejor no seguirlo porque tiene aún peor salida a la carretera, la cual debemos seguir unos cientos de metros hasta encontrar la barrera de la Font Garrover que no debemos traspasar sino una más pequeña que está a su lado. Desde este punto continúa el camino hacia Biniarroi pero con un aspecto muy diferente en la actualidad, casi totalmente tapado por la vegetación y que dificulta bastante la circulación sobre todo en el sentido que lo estamos haciendo, tirando siempre un poco hacia arriba. Llegamos al llogaret de Biniarroi, que bien se merece un descanso, con una de las mejores vistas de Mallorca, y continuando nuestro ascenso hasta el coll des Murtar donde el camino se ramifica en varios ramales que se dirigen a las diversas propiedades de la zona, el que a nosotros nos interesa es el que sigue subiendo hasta la Rota nova seguramente con la barrera cerrada y alguna que otra dificultad de paso.
Debemos tomar la pista de la izquierda en descenso dejando las casas a la derecha topándonos con otra barrera con un letrero que invita al optimismo pero que también está cerrada. Tras sobrepasarla nos espera un largo tramo de pista en descenso que va a morir en un descampado junto a una pared seca. Ésta tiene un portillo franqueado por una barrera con candado sorteable, muy cerca de la pista dels Rafals justo al otro lado con alguna que otra dificultad para poder acceder. Debemos situarnos. Nos encontramos justo en el punto final del Camí des Pinatons, marcado con un punto rojo sobre una roca. No hay hito. Mientras la pista sigue su camino hacia arriba y hacia abajo. Iniciamos el descenso justo hasta donde esta empieza a subir tomando un desvío señalizado por un hito. La pista acabará unos minutos más adelante transformándose en un camino empedrado elaborado que va bajando hasta desembocar en el lecho del torrente, donde encontramos otra pista que va vadeándolo cada pocos metros y que nos conducirá directos hasta las casas de Can Bajoca, que es justo donde queremos ir.
Cruzamos la pista que se dirige a Mancor por delante de las casas y tomamos otra que inicia rápidamente el ascenso dejando de lado la que pasa por debajo de la canaleta. Encontraremos a mitad de camino un cruce con otra pista que también sube del valle y a partir de este punto comenzará la parte más dura del recorrido hasta llegar a la barrera de Ses Rotes. Debemos tomar la pista superior a mano izquierda con el fin de no pasar por delante de las casas. Tiene algo de ascenso pero enseguida comenzaremos a bajar hacia la pared de linde donde tenemos al otro lado un sendero que zigzaguea por el bosque hasta llegar a los bancales de Ets Horts. Aquí tenemos ya una pista cementada que no abandonaremos hasta la carretera de Lluc, cerca de Caimari.
La vuelta la realizamos por carretera hasta las inmediaciones de Son Maga para girar hacia Selva y hacia Mancor a los pocos metros para cruzar el pueblo hasta la Font de la Vila y tomar desde allí el camí de Biniamar y afrontar decididos la cuesta de Son Rosse(ll)ó y cruzar la mina de Son Odre para volver a aparecer en Biniamar. Esta vez desde la iglesia a medio construir tomamos una variante, un interesante camino de tierra que nos deja en la carretera de Selva a pocos minutos de Lloseta, sobre la misma avenida de la que hemos salido unas horas antes.
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