Encuentra rutas por puntos de paso Cicloide
Nuestro punto de inicio será el típico de todas las rutas que parten del pueblo, generalmente los aparcamientos de la circunvalación, los más accesibles. Tomamos enseguida el camí de Son Pons o el de la Costa d’en Llorenç según de donde demos comienzo la ruta, tanto da ya que de lo que se trata es de comenzar la ascensión por el camino asfaltado de els Montreals, de suave pendiente al principio, idóneo para ir calentando motores ya que va incrementando la pendiente gradualmente, y ya de manera reconocible antes del cruce del camí de Castelló, de todas maneras esto es solamente el aperitivo de lo que nos espera a continuación cuando empezamos el ascenso hacia el Racó d’en Barona.
El piso ya es de tierra aunque se puede circular aunque siempre reservando algunas energías para afrontar la zona complicada, dos curvas cementadas con una pendiente extrema antes de llegar a la barrera. Junto a las últimas casas de la zona, una de ellas construida aprovechando los huecos de unas enormes rocas, empieza la nueva pista apta para vehículos que sustituye al camino antiguo, que era un simple sendero, y que salva un desnivel considerable mediante unos muros altísimos y mucha obra de maquinaria. Después de pasar el botador continuamos circulando unos metros por la pista y continuar al abrigo de la pared rocosa por mal camino directos al paso obviando la continuación de la pista, el final de este dificultoso sendero es una canal empinada que nos dirige hacia lo alto de la pared donde volvemos a encontrar un camino ancho, un camí de metre por donde ya podremos circular aunque sigue siendo cuesta arriba hasta alcanzar el punto más alto y con las mejores vistas sobre el valle.
A partir de este punto podremos rodar con bastante comodidad al ir prácticamente en llano o bajando aunque de forma muy suave. Hay que estar atentos al desvío marcado sobre una piedra del margen que nos marca un descenso sin camino hacia otro camí de metre que desemboca cerca de la entrada del túnel y es el que debemos tomar siguiendo los hitos.
Una vez situados sobre el camino ancho nos daremos cuenta de que es de difícil tránsito debido a la gran cantidad de piedras sueltas y árboles caídos, aunque no imposible. Pero nuestra ruta se separa de este itinerario justo en la primera curva a derechas, donde vemos un hito a mano izquierda y otros más incrustados en los troncos de las encinas. Nos encaminan a un coll de tords, que rodeamos, y nos descolgamos por la vertiente por un sendero de ciclabilidad, digamos, complicada y enseguida veremos la rossaguera que deberemos cruzar andando aunque sin demasiados ahogos.
Al otro lado tenemos que cruzar una pared con el portillo tapiado y casi inmediatamente, otro, este ocupado por otro coll de tords. La bajada es muy divertida y pondrá a prueba nuestra habilidad al manillar y casi sin enterarnos nos toparemos con una casa donde empieza la pista cementada. La pega es que justo al girar la curva podremos encontramos con la barrera cerrada pero es fácil sortearla si nos desviamos un poco antes de la casa a mano derecha donde encontramos un paso en la rejilla. Después todo es ir bajando por la pista hasta llegar a las casas del Pujol d'en Banya, es decir, con la intersección del Camí de Castelló.
Giramos a la izquierda por el camino de carro (aunque hay un ramal más antiguo a los pies del marge) hasta toparnos de frente con una barrera donde debemos tomar el trazado original a mano derecha que no debemos perder hasta las casas de can Jeroni Gros, dejando siempre de lado cuantos cruces y desvíos encontremos. Justo antes de llegar a este grupo de casas veremos a mano derecha el inicio de nuestro itinerario, el camí dels Montreals, que baja recto por la ladera cruzando un camino de carro para dirigirse después hacia las casas dels Montreals junto a las vías del tren, por las que hay que circular unos metros en subida para tomar el último tramo de camino antes de desembocar en el camí des Rost, por el que vamos a circular unos minutos antes de llegar al cruce del camino de carro dels Montreals por donde hemos iniciado la ruta y posteriormente la carretera, la cual cruzamos para atravesar el pueblo en dirección a la iglesia parroquial y dirigirnos callejeando hacia el cementerio para tomar el camí de ses Tres Creus, amplio camino de carro de suave pendiente que nos va a llevar hasta el monumento desde donde tenemos una panorámica espléndida sobre el valle.
Nuestra ruta prosigue rodeando el lugar y debemos estar atentos a las indicaciones que nos señalan la bajada hacia el pueblo ya que en esa zona confluyen más itinerarios aunque no hay problema para seguirla porque lo que se ha pretendido es que los usuarios de la vía no crucen por delante de un porxo y se ha habilitado un pequeño desvío, de todas maneras el camino de por sí ya tiene sus propias dificultades y no son nimias, nos exigirá de toda nuestra pericia ese camino empedrado y sus curvas cerradas. Desemboca en un camino vecinal, el camí de la Font de s’Olla, junto al torrente por el que llegaremos a las vías del tren y girando a mano izquierda podremos acceder a la rotonda de entrada al pueblo por unas escaleras, muy cerca del punto de partida.
El piso ya es de tierra aunque se puede circular aunque siempre reservando algunas energías para afrontar la zona complicada, dos curvas cementadas con una pendiente extrema antes de llegar a la barrera. Junto a las últimas casas de la zona, una de ellas construida aprovechando los huecos de unas enormes rocas, empieza la nueva pista apta para vehículos que sustituye al camino antiguo, que era un simple sendero, y que salva un desnivel considerable mediante unos muros altísimos y mucha obra de maquinaria. Después de pasar el botador continuamos circulando unos metros por la pista y continuar al abrigo de la pared rocosa por mal camino directos al paso obviando la continuación de la pista, el final de este dificultoso sendero es una canal empinada que nos dirige hacia lo alto de la pared donde volvemos a encontrar un camino ancho, un camí de metre por donde ya podremos circular aunque sigue siendo cuesta arriba hasta alcanzar el punto más alto y con las mejores vistas sobre el valle.
A partir de este punto podremos rodar con bastante comodidad al ir prácticamente en llano o bajando aunque de forma muy suave. Hay que estar atentos al desvío marcado sobre una piedra del margen que nos marca un descenso sin camino hacia otro camí de metre que desemboca cerca de la entrada del túnel y es el que debemos tomar siguiendo los hitos.
Una vez situados sobre el camino ancho nos daremos cuenta de que es de difícil tránsito debido a la gran cantidad de piedras sueltas y árboles caídos, aunque no imposible. Pero nuestra ruta se separa de este itinerario justo en la primera curva a derechas, donde vemos un hito a mano izquierda y otros más incrustados en los troncos de las encinas. Nos encaminan a un coll de tords, que rodeamos, y nos descolgamos por la vertiente por un sendero de ciclabilidad, digamos, complicada y enseguida veremos la rossaguera que deberemos cruzar andando aunque sin demasiados ahogos.
Al otro lado tenemos que cruzar una pared con el portillo tapiado y casi inmediatamente, otro, este ocupado por otro coll de tords. La bajada es muy divertida y pondrá a prueba nuestra habilidad al manillar y casi sin enterarnos nos toparemos con una casa donde empieza la pista cementada. La pega es que justo al girar la curva podremos encontramos con la barrera cerrada pero es fácil sortearla si nos desviamos un poco antes de la casa a mano derecha donde encontramos un paso en la rejilla. Después todo es ir bajando por la pista hasta llegar a las casas del Pujol d'en Banya, es decir, con la intersección del Camí de Castelló.
Giramos a la izquierda por el camino de carro (aunque hay un ramal más antiguo a los pies del marge) hasta toparnos de frente con una barrera donde debemos tomar el trazado original a mano derecha que no debemos perder hasta las casas de can Jeroni Gros, dejando siempre de lado cuantos cruces y desvíos encontremos. Justo antes de llegar a este grupo de casas veremos a mano derecha el inicio de nuestro itinerario, el camí dels Montreals, que baja recto por la ladera cruzando un camino de carro para dirigirse después hacia las casas dels Montreals junto a las vías del tren, por las que hay que circular unos metros en subida para tomar el último tramo de camino antes de desembocar en el camí des Rost, por el que vamos a circular unos minutos antes de llegar al cruce del camino de carro dels Montreals por donde hemos iniciado la ruta y posteriormente la carretera, la cual cruzamos para atravesar el pueblo en dirección a la iglesia parroquial y dirigirnos callejeando hacia el cementerio para tomar el camí de ses Tres Creus, amplio camino de carro de suave pendiente que nos va a llevar hasta el monumento desde donde tenemos una panorámica espléndida sobre el valle.
Nuestra ruta prosigue rodeando el lugar y debemos estar atentos a las indicaciones que nos señalan la bajada hacia el pueblo ya que en esa zona confluyen más itinerarios aunque no hay problema para seguirla porque lo que se ha pretendido es que los usuarios de la vía no crucen por delante de un porxo y se ha habilitado un pequeño desvío, de todas maneras el camino de por sí ya tiene sus propias dificultades y no son nimias, nos exigirá de toda nuestra pericia ese camino empedrado y sus curvas cerradas. Desemboca en un camino vecinal, el camí de la Font de s’Olla, junto al torrente por el que llegaremos a las vías del tren y girando a mano izquierda podremos acceder a la rotonda de entrada al pueblo por unas escaleras, muy cerca del punto de partida.
seria bueno que se pusiera porque municipios pasa la ruta
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